Ubicado en el centro del departamento, en la aldea de
Azacualpa, es un valle de vocación agrícola y ganadero, con una belleza
escénica impresionante. Las comunidades lencas diseminadas en todo el valle de
Azacualpa mantienen costumbres y métodos agrícolas ancestrales y propios de la
etnia lenca: la cooperación entre personas y una verdadera vida comunal son
aspectos culturales que se pueden compartir sólo en el valle de Azacualpa.
Hace aproximadamente unos 200 años en donde hoy se conoce
como “La Aldea de Azacualpa” llego una tribu de indígenas que se llamaban los
Lintercalas o Gegeguan que en ese tiempo el lugar se llamaba Eramanys o Lugar
de Asaltadores le llamaban así porque ahí llegaban a refugiarse los asaltantes,
ya que era un lugar montañoso y no existía el valle de Azacualpa. Los Eramanys
o Gegeguan se vestían con túnicas o naguas, ellos se alimentaban de hierbas y
un monte llamado Ciriligua, hablaban una lengua que no se les entendía. Una
parte de la gente murió en un diluvio que paso, la otra parte murió por una
enfermedad llamada “La Viruela Negra”, Los cadáveres fueron sepultados en los
pies de los árboles, quedando así un lugar desolado donde solo quedo árboles.
El monseñor andaba acompañado de muchas personas más y
andaba un aparato para detectar tesoro Don Casianito lo dirigió hacia
Azacualpa, llegando al lugar el monseñor dijo: ubiquen el aparato aquí, el
aparato dio una señal que siguieran hacia adelante y ubicaron de nuevo el
aparato y marco que había algo ahí, el monseñor dijo que excaven el lugar, ya
habían escavado 2 metros y no encontraron nada, el monseñor ordeno que sigan
escavando , a los tres metros encontraron una pesada y lujosa caja de madera,
el cual contenía dentro un calix de oro , una patena de oro y un copón de oro,
el monseñor cargo la lujosa caja a un burro que lo llevo hacia “La Esperanza” ,
el monseñor oficializo una misa por el hallazgo de un tesoro muy grande.
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